Breve introducción a las algas marinas en el cultivo. Parte I

    Las algas son un grupo grande y heterogéneo de organismos vegetales, unas 50.000 especies, entre los que se cuentan desde especies unicelulares hasta plantas enormes que pueden medir sobre 50 metros; se caracterizan por ser autótrofos; es decir, realizan fotosíntesis. Viven en dos tipos de condiciones muy distintas; unas lo hacen flotando en las capas más superficiales del agua, son unicelulares y se las conoce con el nombre de algas plantónicas; las otras viven adheridas a rocas u otros sustratos, y se las conoce con el nombre de algas bentónicas (Santelices, 1991). La distribución, el asentamiento, el crecimiento y la propagación de las algas dependen directamente de las corrientes oceanográficas, al igual que su estructura fisiológica. En Chile existen aproximadamente 550 especies de algas bentónicas, aunque las conocidas ampliamente por la población representan menos del 1% de ellas.

    Conforme a lo reportado por Blaine et al. (1990) y Crouch y Van Staden (1992), el incremento en los rendimientos y la buena calidad de los frutos como efecto del uso de las algas marinas y o sus derivados en la agricultura, se debe a que las algas marinas contienen: todos los elementos mayores, todos los elementos menores y todos los elementos traza que ocurren en las plantas; además 27 sustancias naturales reportadas hasta ahora cuyos efectos son similares a los de los reguladores de crecimiento de las plantas; vitaminas, carbohidratos, proteínas, sustancias biocidas que actúan contra algunas plagas y enfermedades, y agentes quelatantes como ácidos orgánicos y manitol.

    ENZIMAS

    Al incinerar las algas, dejan un residuo de cenizas 5 ó 6 veces mayor, del que dejan las plantas; consecuentemente, tienen más metabolitos y, por lo tanto, más enzimas que los metabolizan. Los microorganismos que viven asociados con las algas marinas, si el proceso para obtener sus productos derivados es el adecuado, permanecen viables y se propagan donde se aplican y, emiten mas enzimas. Esta es la razón del porqué, al usar algas marinas y/o sus derivados en la agricultura, se aporta un complejo enzimático extra, diverso y cuantioso, que efectúa cambios en las plantas y en el suelo que sin ellos, no toman lugar.

    En todos los seres vivos, desde la formación de los gametos, formación y desarrollo del zigoto; total, desde principio a fin todas las funciones son enzimáticas, luego, después de la muerte, su descomposición, es también por acciones enzimáticas de los microorganismos. En las plantas es, desde la formación de los gametos, la germinación del polen, formación y desarrollo del zigoto, formación y germinación de la semilla, en la fisiología de la planta y, hasta su muerte y la descomposición para que otros seres de ella se alimenten: todas las funciones son enzimáticas. Es el ciclo de acciones y efectos enzimáticos ( Small y Green, 1968). Fox y Cameron (1961) y López, et al. (1994), en sus respectivos trabajos, reportan la acción de las enzimas como fuente de vida. Es de considerarse que al aplicar foliarmente extractos de algas marinas por ejemplo, las enzimas que estas conllevan, refuerzan en las plantas su sistema inmunitario (más defensa) y su sistema alimentarlo (más nutrición) y activan sus funciones fisiológicas (más vigor). Resultado: plantas mas sanas con mejor nutrición y más vigorosas. Además, las microalgas cianofitas que los extractos y otros derivados de algas marinas conllevan, ya sea que se apliquen foliarmente o al suelo, fijan el nitrógeno del aire aún en las no leguminosas (Canales, 1998 y Martínez,1995). La aplicación foliar de extractos de algas marinas facilita la nutrición y mejora los frutos

     

    EFECTOS EN EL SUELO

    Reyes (1991) y Reyes (1993), al aplicar algas marinas o sus derivados al suelo, encontró que bajan las arcillas y subió el limo y la arena, bajaron los carbonatos, se formaron poros y se ajustó el pH del suelo. Canales (1997) y Canales (1998), consideran que esto es debido a que las enzimas que las algas conllevan, provocan y/o activan en el suelo, reacciones de hidrólisis enzimáticas catalíticas reversibles, que las enzimas de los seres vivos, inclusive las raíces que en él medran, no son capaces de hacer en forma notoria. De tal manera, que al reaccionar con las arcillas silícias o las arcillas de hidróxidos más arena, actúan del compuesto que se encuentra en mayor cantidad en favor del que se encuentra en menor proporción y tiende a llevarlo al equilibrio; o sea, al suelo franco, ajustando también el PH.

    Hidroliza, enzimáticamente también, los compuestos no solubles del suelo liberando los nutrimentos y, complementado con buen manejo: lo desmineraliza, lo desintoxica y lo desaliniza. Al descomponer la materia orgánica y los carbonatos, libera el anhidrído carbónico formando poros, mismos, que se forman también al coagular las arcillas sílicias, descompactándolo; todo, en forma enzimática, paulatina y acumulativa, se logra así: el mejoramiento físico, químico y biológico del suelo, haciendo del mismo un medio propicio para que los microorganismos, lombrices y demás fauna pequeña que medran en el suelo así como las raíces y las plantas mismas, se desarrollen mejor.

     

    CÓMO USARLAS EN CULTIVOS DE CANNABIS

    Muchos son los productos que circulan en el mercado haciendo alusión a las algas marinas. De toda esta gama, recomendamos los que en su formulación cuenten con una clara separación y no inclusión de compuestos sintéticos, como sales minerales baratas, u ácidos. Creemos que la mejor forma para aprovechar todo su poder bioestimulante, tanto en el suelo como en plantas, es obtenerlas y manejarlas en estado puro.

    Para un estado vegetativo, es buena idea incluir harina de algas en el suelo, ya sea antes de la preparación, o durante su fase de desarrollo. Una harina de algas pura debe contar con ciertas caracteristicas básicas, como por ejemplo: buen lavado y secado, además de un adecuado tamizado. Entre mayor sea la superficie de contacto, es decir, más micronizada la materia, más rápida y alta será será su efectividad. En la elaboración de sustrato, podemos incluirla en dosis de 5g a 10g por litro de suelo. Del mismo modo, para aplicaciones líquidas, podemos aplicar desde 2ml a 5 ml por litro de agua, siendo posible foliar de una a dos veces por semana.

    sdfs

    .

    En etapa de floración, podemos mantener su uso bajo las mismas premisas y dosificaciones, incluyendo además, aplicaciones combinadas, tanto en fertiriego, como de otros bioestimulantes naturales, con grandes y positivos resultados. Además, en periodos de sequedad extrema o altas temperaturas, como cultivos en interior, o cultivos exteriores en fechas veraniegas, su gran poder de retención de líquidos la convierten en una gran aliada en el eficiente manejo del agua. Plantas con menos estrés hidrico, y mayor humedad controlada en los medios de cultivos, por ejemplo, suponen una gran ventaja ante las altas temperaturas y la poca humedad.

    Como hemos visto de introducción, el gran poder de las algas marinas reside en su gran versatilidad como bioestimulante edáfico y vegetal. No tengas miedo de usarlas, tus flores no quedarán con “olor a mar”, y ganaran en sabores y calidad orgánica real. En una segunda parte, ahondaremos en ciertas características, funciones especificas, y reacciones bioquímicas favorables que las algas consiguen dentro del medio de cultivo.